sábado, 30 de julio de 2016


Celebraciones de grado en un país deprimido.

Como diría Nicanor Parra... "Fue un evento memorable, pero lleno de notas discordantes"



La Universidad de Carabobo esta en fechas de grado, muchos andan en el corre-corre de los recaudos, otros solo esperan la fecha del gran acto... A mi grupo de promo, le toco hoy durante la mañana la Marcha Triunfal, un precioso acto en el que todos recorremos los pasillos de nuestra facultad con toga y birrete, haciendo mucho ruido para que todos salgan a vernos, saludando a los profesores y motivando a los estudiantes de semestre menores.

En horas de la tarde, nos volvimos a reunir en la facultad, esta vez para salir a celebrar un recorrido en caravana. Faltando poco para las 4pm arrancamos con cornetas, pitos y gritos... y ahí, pasando el arco de la UC, fue cuando la realidad me distrajo de la celebración. Era ilusorio el contraste agresivo entre los jóvenes que íbamos cantando y haciendo tráfico, y las centenares de personas que se encontraban haciendo colas para conseguir alimentos en los supermercados (6 colas conté durante el trayecto). Puedo resumir las impresiones: Una que otra madre joven con niño en brazo, nos echaba una mirada nostálgica... Los muchachitos ponían cara de sorpresa, como queriendo sumarse al bochinche... Algunas señoras acaloradas levantaban los brazos para saludarnos muy alegremente.. Recuerdo una abuela que me echo la bendición, súper dulce... El resto solo nos veía, sin expresión facial, sin inmutarse, esperando su turno para entrar al mercado y llevarse su paquete de harina, arroz, mantequilla, o lo que fuese.

Seguimos el recorrido, y en un semáforo, la realidad volvió a golpearme en la cara de manera definitiva... Un niño, de unos 12 años digo yo (quizá menos), se acerco y le pidió el globo a mi amiga, al recibir una respuesta negativa, vino hasta donde yo estaba y me pidió el birrete...Dejo acá la conversación:

-Regálame eso
-No puedo, cuando te gradúes
-Pero yo no estudio
-¿y por qué no estudias?
-No tengo uniforme
-¿y eso por qué?
-Están muy caros
-¿Dónde vives?
-En el Barrio Simón Bolívar
-¿y qué haces aquí?
-Pidiendo rial pues
-¿y por qué no te compras un uniforme con eso?
-Porque es para la comida

Me quede muda, enojada, indignada... Cambio el semáforo y le grite: ¡Estudia para que te pongas uno de estos!.. Creo que el chamito ni media bola me paro.

Eso es nuestro país, un contraste perenne, acentuado de manera violenta por este asqueroso modelo instaurado... En el año 1998 Hugo Rafael Chávez Frías dijo “no permitiré que en Venezuela haya un sólo niño de la calle, y si no, dejo de llamarme Hugo Chávez”. Debería subir alguien con un cincel y un martillo al cuartel de la montaña y hacer lo propio con el nombre del difunto. Sin embargo, los procesos históricos son avasallantes, y de ellos nadie huye, la gloria o los señalamientos le llegaran a quien corresponda, y a nuestros grandes traidores, a los destructores de lo que pudo ser este país, la historia los pondrá en su lugar con nombre y apellido.

Quiero un país en el que los niños salgan a la calle solo para jugar, seguros y tranquilos.
Quiero un país con más jóvenes de toga y birrete, que tengan la oportunidad de prosperar y desarrollarse profesionalmente.


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